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domingo, 2 de septiembre de 2012

De Meliseos y Duendes


Era tarde. O tal vez temprano, dependiendo de la concepción que haga cada uno. Eran las 5 A.M. de una mañana invernal. Me despertaron unos ruidos extraños. Unos ruidos traducibles en lo que produciría en un tren a vapor que está teniendo relaciones con una locomotora que está de repente le diga “Soy menor de edad y mi viejo es de la Interpol”. Ahora imagínate el sonido que haría el tren por la sorpresa, el espasmo y el terrible cagaso. Bueno, ahora te puedo decir que en realidad no me despertó eso, si no unos ladridos (o lo que sea que hagan) de monitos. “Fuck –pensé-, estoy perdiendo una hora de sueño y tengo que ir a la escuela.” Intenté volver a ese mundo en el que Dimebag Darrel jugaba al Dragonball conmigo, pero fue inútil. Cuando me levanté para ir a la escuela, descubrí que me faltaba una media. Optando por la respuesta lógica y racional, le atribuí a los duendes que viven atrás del placard. Al otro día volvió a pasar. Y al siguiente. Mi pie izquierdo estaba empezando a sufrir los fríos invernales de mala manera, entonces me decidí a darles una ofrenda de carne a los duendes.

 Luego de tres horas de infructuosa búsqueda, ninguna prostiputa quería ser asesinada en un altar de oscuridad por menos de 50 p, por lo que fui a la carnicería y compré medio de picada especial y la tiré atrás del placard. Contento, prendí un pucho y lo tiré a la basura porque me acordé que no fumo. Después se involucraron los bomberos y otras cosas, pero esa es otra historia. A la madrugada siguiente, de vuelta escuché el ruidito a mono. Me armé de valor y decidí enfrentarlos, pero tenía tal cagaso que el valor sólo me alcanzó para taparme hasta la cabeza. Ese día antes de irme a dormir, me armé muy bien: casco, armadura y martillo de relámpago. Esperé… Me quedé dormido y me volvieron a afanar la media. La tercera es la vencida, dicen. La tercera, aguanté y no podía creer lo que mis ojitos veían. Unos adorables monitos de diferentes colores entraban por el tapa rollos de la persiana y se ponían a jugar en mi pieza. Me causó tanta ternura.


Miralo bien a ese, el azul.



En esto se transformó.

 Hasta que uno me vio y se transformó radicalmente en un orangután sediento de sangre. Hubiese corrido pero la caja que usaba de armadura me lo hacía difícil, sin mencionar que en ese momento tenía el iceberg que hundió al Titanic tratando de salir por la pequeña rendija de mi ano. Blandí mi martillo de Thor, sin éxito alguno, ya que la masa del gorilón era demasiado dura para mi pequeña raqueta mata-mosquitos. Mi vida estaba perdida. Me colgaron patas para arriba y el mismo que me atacó (uno de color azul -que por lo que puede juzgar era el jefe-) me habló con una terrible voz gutural que asemejaba a la que tendría un oso con cáncer de garganta quejándose en un día de terrible diarrea. Lo que me dijo fue lo siguiente:
 “Nos lo representantes de la raza Comemedias, también conocidos como Meliseos, queremos comunicar a usted, el señor Ligresti, Julián, que de ahora en más todos sus calcetines izquierdos pasan a ser de nuestro dominio para reclamar cuándo y cómo queramos y/o nos parezca más conveniente”.
Yo: Pero… pero… Piensa en mi pobre piecitito, por favor.
Meliseo Azul: No.
Meliseo Rosado: Soy el más puto.
 Guido Sü: Ese título es mío.
Justin Bieber: No yo soy más puto y tengo menos talento.
Guido Sü y Meliseo Rosado: Uhhhhh, TREMENDO PUTAZO… Mejor nos retiramos de la competencia.

 Ya pensaba en mis últimas oraciones y estaba diciendo “Gran Chuck que estás en Texas o dónde se te antoje…” cuando escuché mi salvación… DUENDES!!!!
Duende 1: Spatafrola, mangrulica SAMPACTUTARALASA!!!!!
Duende 2: Loco, ya les dijimos que está desequilibrado mentalmente este, no lo traigan más.
Duende 1: Astrupuluticacassaaaaaaarrmeeeiiccaasssssvproooooooooo.
Pitufo Gruñon: Gruño, gruño, gruño.
Duende 2: Adelante, salvemos al Santo Redentor de la picada especial!!!!!!!!!!!!!!!
Pelotón de duendes armados con lanzallamas, RPGs y lanzitas de titanio: ES POR FRODO!!!!!
Duende Raúl: (Mira al cielo y grita, sin razón aparente) ¡¿Acaso se creen que todos nos íbamos a llamar duende?!


Mi ejército personal. La pelotuda de atrás es una duenda con gigantismo.

La pelea terminó como un vertedero de tripas en mi pieza, que Mr. Musculoso se ofreció a limpiar muy amablemente luego de que amenazara con matar a sus hijas. Ahora, los duendes y yo somos amigos y jugamos un picadito una vez por semana. Fin.


Duende Raúl.

5 comentarios:

  1. Me gusta che, me gusta!. Alto fumon Ligresti. Me gusta tu estilo. Podríamos escribir algo juntos. Como Pratchett y Gaiman con "Good Omens". Después podemos hacer una película, y un álbum de figuritas. Y juguetes.
    Nos podemos llenar de plata man. Pensalo.

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    1. me gusta tu idea ,pasto. anda pensando en los actores que la protagonizaran, yo quiero a jessica biel metida en los pantalones... de un personaje, claro esta.

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    2. Biel se complica. Pero a claribel medina la tenemos seguro.

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    3. Bue, no será lo mismo, pero el tonito seguro garpa.

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